Monday, March 19, 2007

queeeeeeeé???

Sí, señoras y señores... a pesar de mi pequeña chapuza usando el básico y generalmente insuficiente programa de Windows para el retoque/composición de imágenes (lease... Paint), la cifra no es de mentira...

Estaba esta tarde trabajando como de costumbre, cuando suena mi teléfono, así que con relativa celeridad lo cojo y suena la voz de mi madre, diciendo que hoy salía de trabajar a las 19:00 (lo cual me viene bien porque yo salgo en condiciones normales a las 18:30 y el paseo hasta su lugar de trabajo me lleva unos 20 minutos a paso normal con unos cuantos minutos de sobra para fumar un cigarrillo ó, simplemente, esperar con tranquilidad a que salga por la puerta) y, a continuación, me pregunta si 'estoy sentado'...

En fin, a estas alturas de la vida poco pueden sorprenderle a uno esta clase de preguntas, pero siempre queda un ligero resquicio de duda, temor o inquietud cuando esas palabras son pronunciadas, así que respondo diciendo 'sí, a ver... dime' y acto seguido, mi madre me comunica la 'fatal' noticia... la reparación del espejo retrovisor izquierdo, el cual me arrancaron casi de cuajo en la mañana del Sábado día 10 de Marzo mientras estaba detenido momentáneamente ante un semaforo en la Alameda Principal, ha costado nada más y nada menos que...

¡¡¡ 154,60 € !!!

En ese momento, mi cara pasó de un semblante cuasi-indiferente a un semblante de cuasi-terror y auténtica sorpresa ingrata ahí donde las haya... dios mio... como se puede tener la cara dura de cobrar más de 150 euros por un espejo??? En ese momento recordé un chiste que me habían contado ya infinidad de veces pero que, en ese momento y trasladado a otro contexto, cobraba más fuerza que nunca...

Urólogo: Dícese de aquella persona que te mira con desprecio, te coge el pene con asco y encima te cobra como si te lo hubiera chupado...


Pues igual me sentí... dios mio... es horrible pensar que algo que, supuestamente, no debería haber costado más de 80 euros a lo sumo... haya casi duplicado su valor en terminos reales y todo por haberlo hecho en un taller oficial de la casa Seat bajo el 'auspicio' del dueño (ó director de taller, sea cual sea el caso exacto (que nunca consigo recordar con exactitud)) con la promesa de que todo sería 'más o menos' barato...

Está visto que, de vez en cuando, uno llega a pecar de ingenuo, y esta pequeña lección os aseguro que la he aprendido bastante bien... creo que... la próxima vez, me comprare una tanqueta o haré que me fabriquen los espejos en titanio reforzado... sería una buena solución... a que sí? ;)

Eso es todo amig@s!!!

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